Crónicas de la Suburbanidad

Por Arnoldo Vidal

 

La JAR había crecido en participantes y temas. Después de las acciones del McDonald en la zona rosa y del escape de la SSP, la fama de este grupo estaba esparciéndose entre la escena punk y más allá. Así empezaban a llegar a las asambleas y grupos de estudio no sólo punks, sino también skaters y jóvenes estudiantes de otras corrientes políticas que después se harían notar en la huelga universitaria de 1999. En un momento dado, cuando la asamblea de mujeres no tenía para cuando terminar, la de hombres se reunía aparte, no con mucha coherencia entre una y otra pero al fin dividida por falta de espacio. El local de Xola nos quedaba ya chico y la gente del PRT nos empezaba a ver feo porque no lograban cooptarnos y por la cantidad de jóvenes que recibía, era incontrolable. De repente en las escaleras se encontraban jeringas y restos de sustancias que sacaban de onda a los viejos troskistas moderados.

 

Decidimos dejar el espacio de Xola, pero antes haríamos un evento sencillo, una jornada de videos y música.

 

Para ese entonces ya circulábamos dos fanzines: “Desde Abajo” y “Comunidad Punk “. El primero trataba de temas de jóvenes en general, de zapatismo y contracultura, manifiestos, poesía y autogestión, como una forma de comunicarnos con jóvenes no punks y el entorno Zapatista. El Comunidad Punk fue la base de la acción dirigida a la escena. Con el tiempo, ambos fanzines se cohesionaron en uno, por un lado estaba el CP y del otro, volteando el fanzine y de cabeza aparecía el DA.

 

Se distribuía en tocadas, más sobre todo en las prepas y bachilleres. Se imprimían mil ejemplares de unas 16 páginas en hojas de colores. A la semana o hasta quince días ya no había en existencia. El dinero no regresaba generalmente y lo que se hacía generalmente para recuperarlo era hacer la “vaca”, es decir, recolectar entre tod@s. Esto marcó una diferencia con lo que se hacía en el CCRFP, que realizaba tocadas para allegarse dinero para fanzines. La JAR rara vez hizo tocadas para financiarse. Hurtábamos en oxxos y walmarts para comer pero la persecución policial era cada vez mayor, así que nuestras salidas disminuyeron notablemente.

 

Lo que empezó a incrementarse fueron las visitas a prepas y bachilleratos a donde estudiantes nos invitaban a hablar sobre contracultura, la autonomía y a veces temas que no teníamos el más mínimo estudio como la vez que en CCH Oriente fuimos a hablar sobre el renacimiento del fascismo en Europa, tema del cual no sabíamos nada pero que salíamos bien librados con la ayuda de algún maestro conocido.

 

El resultado de esto fue que punks de estas escuelas formarán colectivos de tipo libertario que hasta ese entonces no había en las escuelas más que del tipo marxista. Otro resultado fue que algunos otros fotocopiaran los fanzines y los vendieran diciendo que eran parte del grupo de JAR, pero nunca llegaron a alguna asamblea o acción, al parecer el estatus en la escuela era lo que contaba.

 

Para seguir en contacto con estos colectivos se planteó formar una red que a la larga tomaría el nombre de RIVAL (Red de información voces autónomas libertarias).

 

El último evento en Xola no fue planeado como tocada, sino como una tardeada con videos de conciertos punks internacionales, que eran difíciles de conseguir (pues sólo por medio de correo llegaban los materiales subterráneos), acompañados con comida vegana y fanzines, algo tranquilo.

 

Sin embargo la televisión se descompuso antes de empezar a transmitir los videos. Así que me tocó ir por una a casa de Thelma, en Iztapalapa. Cuando baje del auditorio donde el evento empezaba, me encontré con muchísimos punks en la puerta y el estacionamiento del edificio de cinco pisos. Por ahí estaban los Rotos y varios que eran asiduos punks de la JAR, entre ellos al “Mesero”, joven darki, acompañado de una novia muy chocante. Abordé un taxi en la avenida Xola que bajaba a un desnivel para atravesar perpendicularmente la avenida Tlalpan y volviendo la cabeza vi a una patrulla policial llegar a las puertas del local, algo normal donde hay punks…

 

Escena acelerada como película hollywoodense (musicalizar con algún soundtrack de policía, ejemplo Sucio Policía de IV Reich) :

Un Roto roba la mochila de la novia del Mesero. Esta, entre asustada y enojada busca a la policía que curiosamente está cerca. La policía, como pretexto para allanar, dice buscar al flagrante joven. No se le deja entrar. El policía llama a refuerzos. Estos llegan increíblemente rápido pero no son refuerzos comunes, son policías de élite equipados con armas largas que salen se camiones igualmente equipados. Los punks se repliegan hacia el estacionamiento del edificio donde hay una pequeña puerta, donde apenas caben dos personas, para subir a los cinco pisos del edificio. La policía ingresa al estacionamiento y la pequeña puerta sirve de huida para decenas de punks. Un helicóptero sobrevuela el edificio. Mariana, el Cabe, el rocko, Pikos y varios más junto a troskistas del PRT bajan al estacionamiento a tratar de detener a la tira. Un “cerdo” policía apunta a quemarropa en la sien de Mariana que no se amedrenta. Ante el empuje policial policial Jares y troskistas se encierran tras la pequeña puerta entre patadas y golpes. La policía trata de romperla. Varios minutos de fallido intentó y la policía retrocede. Ha recibido la orden de retirada. El PRT aún tiene registro como partido político y goza de inmunidad parlamentaria. El golpe se frustró…

 

Regreso tranquilamente después de sufrir el tráfico en la ciudad cargando el televisor. Ya no encuentro a nadie en la entrada. Raro, pienso. Subo las escaleras y llego al tercer piso creyéndome el héroe. El piso por reventar de punks. El Cabe me recibe diciéndome: “siempre te pierdes lo mejor…”. La fiesta sigue. Un día normal en la JAR.

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