- Judith Color
Ningún gobierno puede llamarse feminista. La base del feminismo, por lo menos en esencia, es la lucha contra un sistema patriarcal y capitalista. Desde aquí, ningún gobierno, aún conformado por puras mujeres (¿biológicas?), debe permitirse llamarse “feminista”, sin embargo, ¿Qué puede esperarse de un sistema en el que el capitalismo, en todos los niveles, toma los conceptos, movimientos, ideas e idealismos, y los transforma según sus intereses y nos los avienta en la cara como una innovación, promesa de cambio o cómo la “esperanza de México”?
Desde la promoción del actual gobierno federal su estandarte fue ser “un gobierno feminista”, esto basado en el número de mujeres que conformaban el gabinete del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador. Con esto obtuvo el apoyo de las feministas institucionales, sobre todo. Pero no sólo ellas cayeron en la trampa. Colectivos/ONGs de pañuelo verde comenzaron a apoyar la candidatura de Morena para la presidencia. Y bueno, con el respaldo de Claudia Sheinbaum y Olga Cordero enarbolando la bandera feminista, el peje llegó a la presidencia. Sánchez Cordero se ganó a algunos sectores feministas por el supuesto apoyo a la exigencia de las mujeres por la legalización del aborto, al tiempo que dice que la despenalización del aborto es algo que no se verá desde el poder legislativo, sino desde el congreso y la propia exigencia de las mujeres.
La izquierda coaptó conceptos y movimientos como el feminismo. Los transformó para llenar sus agendas, burlándose así de quienes durante años han luchado contra la violencia a las mujeres, contra la desigualdad, y abogando por la equidad. El gobierno actual, teniendo como “mandatario” a una persona misógina, sin escrúpulos, ignorante y hambriento de todo el poder posible, ha desacreditado al feminismo argumentado que es un movimiento que busca dañarlo, acuñándole la responsabilidad de los actos de las mujeres que salen a protestar por sus derechos, a los que ha llamado “nuevos derechos”, a grupos de conservadores que sólo quieren dañarlo, además de borrar la historia de las protestas de mujeres en México al decir que estas comenzaron en su sexenio. En complicidad, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, ha criminalizado y ha dado la orden para reprimir las protestas feministas en la capital del país.
La 4T se ha jactado de ser un gobierno feminista, sin embargo, cuando se presentan las cifras de los feminicidios en México, su argumento es que antes no se tipificaba como tal. El feminicidio está tipificado en el Código Penal Federal desde el 14 de junio de 2012 y Andrés Manuel llegó a la presidencia 6 años después. Según la Red Nacional de Refugios, A.C., en el 2021 atendió a 45,490 mujeres, niñas y niños victimas de violencia, 8% más que en el 2020, de las cuales, hubo mujeres que solicitaron apoyo en instancias gubernamentales y no fueron escuchadas. Respecto a esto, Andrés Manuel López Obrador, en uno de sus circos mañaneros, se burló diciendo que la mayoría de las llamadas solicitando ayuda o denunciando violencia machista eran falsas.
Andrés Manual López Obrador, ha llenado su agenda feminista de burlas e insultos. Un claro ejemplo ha sido el nombramiento de Pedro Salmerón como embajador de México en Panamá pese a las múltiples denuncias por acoso sexual a alumnas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), mismas que el mandatario nacional descalificó argumentando que no había un proceso de denuncia formal en el ministerio público, además de decir que las denuncias son de algunos sectores conservadores y algunos fachos. De esta manera, el peje a silenciado una vez más las voces de las mujeres que han salido a protestar en contra del nombramiento del historiador y acosas Pedro Salmerón.
Un gobierno que no reconoce la urgencia ante la violencia hacia las mujeres, que niega y descalifica la realidad que las mujeres vivimos en México; un gobierno que se cuelga un pañuelo verde para ganar adeptas y después abandonarlas en su lucha; un gobierno que pretende parar las protestas y callar las voces que gritan por su justicia utilizando la fuerza y violencia del estado; un gobierno que cada día niega el apoyo y hace oídos sordos ante los llamados por justicia por los feminicidios… JAMÁS PODRA LLAMARSE FEMINISTA…