*Jorge Tadeo Vargas
El invierno se fue antes de tiempo en los bosques de Klatch City, la temporada de lluvia aun no llega. Se siente calor al que ya me he desacostumbrado. Estos días los paso en camiseta de manga corta, las hoddies y las chamarras, las térmicas están colgadas en el clóset esperando que las lluvias del verano las saquen de la hibernación en las que han entrado. Si, el cambio climático afecta de muchas formas. Hasta el privilegio de algunos.
Macky no recuerda sus días de frio que pasaba en el zaguán donde nos encontramos y sufre en silencio el calor al que se enfrenta por primera vez en su vida. Sin embargo su intensidad no se detiene en lo más mínimo. Va descubriendo el mundo a mordidas, ya sea un ramo de girasoles (con el florero roto incluido) o con un tapete para baño, o simplemente corriendo en sus paseos por el bosque. Es imparable.
Tiene algunos momentos en los que descansa, especialmente cuando me siento frente a mi laptop, pongo el reproductor y ella se acuesta a mi lado mientras escribo, duerme al sonido de la música que sale de las bocinas.
Hoy lo primero que escuchamos mientras esperábamos que el agua estuviera lista para preparar una tetera con té negro es Frank Turner y su FTHC, el nuevo disco que usa el viejo logo straigh edge para ilustrar el momento en que se encuentra el ex Million Dead que nos presenta veinte canciones (si consiguen la versión de lujo) en las que retoma su gusto por el post hardcore y lo combina con ese punk folk tan característico de este ingles que en este reencuentro con su estilo más ¿antiguo? va celebrando un momento de su vida parecido a el cierre con sus demonios. No por eso deja de ser un disco con la agresividad y la denuncia que nos tiene acostumbrados, sin embargo con canciones como Miranda, dedicada a su padre trans nos enseña que su vida va en una dirección distinta a la de otros años. Turner sigue creyendo, sigue siendo un ferviente trovador que cree que la música nos puede salvar.
FTHC no es solo un disco desde la introspección, es un disco para la fiesta, para el baile, la rebelión que tanto nos hace falta en estos tiempos. Buena música para malos tiempos. Turner nos invita abrir una cerveza oscura y disfrutarla mientras se escucha cada una de las canciones de este disco. Estamos ante el mejor Frank de todos los tiempos y hay que celebrarlo. El té puede esperar.
Segundo disco que se escucha en mi reproductor, segunda cerveza que destapo y recuerdo la primera vez que escuche a Voivod. Mi hermano mayor, quien ademas fue mi referente musical mientras crecía, llegó a casa con el disco “War and Pain” y aun recuerdo sus palabras de aquel 1984: “No estas preparado para esto” y tenia razón. En mi tierna infancia no había escuchado nada como ellos. Ninguna banda de Thrash Metal de aquellos años sonaba como igual, menos de hardcore o crust.
Para muchos Pink Floyd o Rush fueron el ejemplo de la técnica en rock, para mi lo fue Voivod, quien este año publicaron su decimoquinto disco, titulado “Synchro Anarchy” y aparece después de cuatro años de “The Wake”.
Es sencillamente una locura sonica. Estos canadienses han sabido ir evolucionando desde esa técnica que los acerca mucho al progresivo sin perder un ápice de agresividad. Se extraña Piggy en la guitarra, pero siguen siendo fieles al sonido que fueron construyendo con el, al igual que sus letras, llenas de referencias políticas, de ciencia ficción, de denuncia social.
“Synchro Anarchy” se mantendrá en mi lista de lo mejor del 2022, canciones como “Planet Eaters” ¿Necesito decir de que va la letra? Vale lo hare, es una denuncia sobre la devastación ecológica disfrazada de futuro distopico, o “Quest for Nothing” agresividad pura al estilo de Voivod.
Es bueno saber que la explosión musical del Thrash Metal de los ochenta se mantiene más que viva y que algunas bandas siguen tan o más creativas que en su juventud. La versión de lujo trae como plus un en vivo del 2018. Olvídense de los “Big Four” Voivod sigue entre los grandes, igual que Annhilator o los Death Angel.
Entiendo que quejarme del calor, a veinte grados centígrados puede traer como consecuencia una andanada de insultos ofensivos por parte de mis amigos y familiares que tienen la mala suerte de vivir en el desierto de Ankh-Morpork, pero aun es invierno a mas de dos mil metros de altura, a un lado de un volcán emberrinchado que siempre pide agua y/o nieve. Veinte grados es calor en esta región. Con esto en mente y esperando estoicamente los insultos, me abro mi tercera cerveza. Apenas son las dos de la tarde me dice la voz de mi conciencia, aplico el cliché, “en algún lugar ya son las cinco” Lo se, es estúpido pero funciona. Macky decide que es un buen momento para intentar destrozar una botella de plástico que saco de los reciclables. No lo consigue y decide echarse de nuevo.
Naked Aggression tuvo una única gira por México en 1994. Para quienes asistieron fue inolvidable. No tuve esa suerte, pero me toco verlos un par de veces en Tucson, Arizona y estoy de acuerdo con mis compas. Sus tocadas son inolvidables, agresividad pura, denuncia y resistencia. La voz der Kirsten es única, al igual que sus discursos, sus ideas. Y aun se mantiene en el mismo nivel.
Hace un par de años sacaron un EP como avance de un nuevo disco que salio justo este marzo del 2022 y puedo decir que a casi treinta años de estar en el camino se mantienen con la misma intensidad, con la misma rabia, con letras mucho mejor elaboradas pero que mantienen la denuncia y la resistencia. ¿Cuantas bandas con el paso del tiempo deciden cantar sobre algo distinto argumentando una evolución? Se evoluciona artísticamente, pero no por eso se deja de resistir, a menos que tu camino vaya por otro lado.
“Party Down” nos lleva a las barricadas, los campamentos, las marchas, la protesta, nos siguen cantando para que no olvidemos que tenemos la obligación de seguir pensando en ese “Otro Mundo Posible” y si, es un disco en el que los NA se mantienen en su zona de confort pero que en lo personal no me molesta, si se trata de Hardcore, siempre me quedare con la vieja escuela. Música para no olvidar que aquí seguimos, que no nos vamos.
Comienza a refrescar en el bosque y mientras termino me tercera cerveza y reflexiono sobre el fracaso del Movimiento Global para la Justicia Climática. Perdimos la guerra contra el capital y el colapso climático ya es un hecho que no se niega, simplemente se obvia. Pensando en eso suena Caroline en el reproductor, un folk muy interesante, tranquilo sereno, ideal para ir viendo como el sol se oculta entre las nubes, justo lo que necesito en este momento.
Diez canciones componen este disco auto titulado, en el cual hasta el silencio es importante. Un bello disco que, también puede mantenerse en lo mejor del año. No quiero decir más, solo disfrutarlo e invitarlo a que hagan lo mismo.
Antes de decir nada sobre “The Sea Drift” de “The Delines” diré que la gran Joana Serrat los nombra junto a Neil Young como una de sus grandes influencias, también diré que su guitarrista es el escritor Willy Vlautin y por ultimo diré que su Alt Country es de lo mejor que he escuchado en los últimos años, por lo que “The Sea Drift” es un gran disco desde la primera canción “Little Earl” hasta la ultima “The Gulf Drift Lament” pasando por “Codeine Kid” (mi favorita del disco) o “Saved from the Sea” seguro que este disco se mantiene en mi high fidelity fokin list como lo mejor del año.
Termino mi cuarta cerveza, es hora de llevar a Macky a su caminata por el bosque, en mi reproductor esta sonando “Lynnette´s Lament” por tercera vez. Es hora de ir a caminar para regresar a preparar la cena. Las chicas están por llegar de sus trabajos. Parece que la normalidad ya regreso, aunque el calor no era parte de ella.
Desde los bosques de Klatch City, cada vez más lejos de Elisyum.
Marzo del 2022
*Jorge Tadeo Vargas, escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de X.