* Diana Coronado

El concepto de las cosas, cómo nombramos lo que conocemos, cómo nombramos también incluso lo que no conocemos. Por lo general, cuando nombramos lo que no conocemos, nombramos nuestros prejuicios alrededor de ello. Como no tenemos la conciencia esencial de la identidad, usamos lo que tenemos. Eso como una cosa de instinto de supervivencia humana. Qué importante es la comunicación, reflexionaba, acerca de cómo es necesario regresarnos a poner atención en la importancia de la comunicación, la importancia de las palabras, de como nombramos las cosas. Si el sentido dado a esas cosas coincide con el del otro, pues ¡Qué chilo!, pero ¿Qué tal si no? ¿Que tal si se refieren a lo mismo, pero lo están diciendo de forma distinta? Cuantos conflictos y sufrimientos no se evitarían por esta nueva capacidad que podemos generar para entender lo que decimos y sobre todo procurar tener la voluntad para entender lo que dice el otro.

La importancia de las palabras de la lengua de la comunicación debe ser tópico preponderante en todas las conversaciones, válgame la redundancia, debido a que más que nunca las vías de comunicación se encuentran tejiendo redes, para bien o para mal.

Esas redes existen como que existimos todos en correlación al otro. Esa facultad nueva que estamos viviendo como humanidad no necesariamente debe tener una implicación negativa. La importancia de moldear nuestro pensamiento, de moldear nuestra manera de comunicarnos, no necesariamente debe de verse como un como una cuestión de de coartar nuestras libertades, sino más bien en ejercer la libertad de poder expresar lo que realmente queremos decir. Entonces, si el propósito de vivir en comunidad es la subsistencia que lo es, por algo vivimos en comunidad, porque nos necesitamos si el objeto es mantenernos vivos entre todos, creo que hay que comenzar por preocuparnos y ocuparnos en consecuencia, para entendernos y para prestarle atención a la forma en la que nos conectamos con los demás, sea cual sea el medio, sea electrónico, sea presencial, sea espiritual. Whatever. La importancia de la atención a nuestra expresión es casi tan importante como la intención. Nos conformamos con que la intención sea buena según nuestros estándares de valores. Desafortunadamente, no alcanzamos a entender que esa es una postura también egoísta, puesto que lanzamos al otro la responsabilidad de descifrarnos

Lo hacemos por los otros y lo hacemos por nosotros. El objetivo de la comunicación es entendernos, como el objetivo de respirar es vivir, es mantenernos vivos hago la disparatada analogia porque esta  vivencia podria ser en lo posible libre de de sufrimiento evitable. Entonces, la cuestión de la de la manera en la que nos conectamos es uno de los temas más importantes. En razón de perseguir el bien común y no sólo de perseguirlo, sino de ponernos de acuerdo de una pinche vez por todas para fijarnos donde se encuentra ese bien.

Hacer convenciones, convenios o tratados no avanzará gran cosa si no nos preocupamos por la forma en la que nos comunicamos, que no sea solo la intención, sino que una forma efectiva de transmitir esas ideas, intenciones y dejarlo claro. Convertirnos todos y cada uno de nosotros en unos activistas de tiempo completo. Ejercer con nuestra palabra el arma más poderosa que es la compasión. Rock on!.

* Diana Coronado es abogada, activista, defensora de los derechos humanos, escritora y todo aquello que nos acerque al bien común y la justicia social.

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