Riff 7 La Autonomía
Por Arnoldo Vidal
~Son más de 20~ Se oyó en el woky toky. ~! Siganlos a todos! ~ Reconocieron la voz del jefe de seguridad.
~Cómo vamos a seguir a todos? ~ refunfuño Delia sin apretar el negro botón de su radio. Y era verdad, mierda! ¿Cómo seguirlos a tod@s si eran solo 12 vigilantes para toda la tienda, más los jefes.
~Son los mismos de las semanas pasadas ¡siganlos a esos hijos de la chingada! ~ gritó el jefe ya fuera de toda paciencia.
Delia y sus compañeros se fueron por la vestimenta: siguieron a los más fachosos, esos de pelos lustrosamente coloreados y chamarras como de vagabundos, parchado y con cierres, botas sucias y olor a días sin baño.
~ ¡Se están separando! Me lleva la…, agarrate para allá!
~ ¡Esos de acá ya se tomaron las bolsas de papas!
~ ¡Las chavitas están en la ropa para bebe, no las pierdan!
La escena era como una película cómica del gordo y el flaco, corriendo unos tras otros.
~ ¡Mierda, los vamos a agarrar en la salida, ponganse chingones, cabrones! ~ decía el sulfurado jefe, moreno, cabello militar y corbata azul marino.
Había punks y jóvenes de short y rastas en la zona de panadería y otr@s en las comidas preparadas. Las chicas se agarraron ropa y se metieron al baño. Los woki toky se oían en toda la tienda de ese walmart de Buenavista.
~ Para colmo este pinché sábado hace un chingon de calor y encima estos weyes nos hacen correr~ dijo el polizonte de carnes generosas que ya lucía las axilas de la camisa empapada.
Los jóvenes empezaron a juntarse de nuevo después de un chiflido a lo lejos y se acercaron a las cajas de cobro. La seguridad de la tienda los esperaba. Detuvieron a 15, los más vistosos, los otros no los pudieron identificar. Revisión exhaustiva antes de soltarlos: no traían nada.
~ ¡Pinches escuincles mugrosos! ~ les dijo un guardia al verlos irse burlando. Otro mes que el inventario saldría desfasado y otro fin de semana en que la comida preparada se acabó rápidamente.
~ La autonomía es anarquismo~ me decía el Tobi en nuestras largas charlas después de ir a la Biblioteca Social Reconstruir del viejo Mestre, exiliado español.
~ Quizá si~ le contestaba~ pero la autonomía lo cuestiona todo. Para ella no hay ideología, no hay “ismos”, ni marxismo ni anarquismo. Son sólo herramientas que nos ayudan en nuestra lucha, pero hay herramientas que utilizas más que otras.
La Autonomia era una maduración de las luchas y teorías, era práctica pura. Apareció en un cúmulo de experiencias obreras, de la contracultura, de la lucha armada, de las peleas estudiantiles. En la primera Internacional los obreros anarquistas hablaron de ella y un filoactivista llamado Cornelius Castoriadis lo planteó como inicio y final de la humanidad, como capacidad innata. Pero fue la contracultura, desde los Diggers de San Francisco hasta los autónomos alemanes, pasando por estudiantes y feministas italian@s, quienes la practicaron como forma de lucha y de vida.
Revistas y fanzines como la Radikal de Berlín o la Molotov de España, traían a México noticias, fotos y acciones de las okupas, las marchas, los enfrentamientos con la policía, la Coordinadora Lucha Autónoma de Madrid y otras…
El policía judicial Mendoza cerró la puerta de la patrulla que inmediatamente se sintió sometida al golpe del gordo cuerpo en el asiento. Solo las luces rojas y azules iluminaban la obscura calle de la colonia Doctores donde se encontraba el hotel de paso a donde la (per) judicial había llegado.
~ El parte comandante~ le dijo el “judas” Mendoza a otro mal encarado al volante del carro.
~ Dice el puto encargado de este putero que llegaron un grupo de jóvenes vagos, con pelos pintados y parches en las ropas pidiendo un pinché cuarto para todos. No sabe cuántos eran, sólo dijo que eran un chingo. Reporta que llegaron como a la una de la madrugada, que les dio chance porque insistían mucho y por miedo a represalias.
Dice el puto que al poco rato ya se oía una pinchi escandalera, que gritaban, cantaban y pateaba todo. Los pinches inquilinos cogelones se quejaron del desmadre, pero el encargado no quiso meterse. Que todo valió madre cuando vio por la ventana un colchón que caía a la calle de los pisos de arriba. Fue cuando subió a calmar a los jóvenes en el tercer piso y los hijosdesuputamadre se estaban rociando espuma de un extintor contra fuego que estaba en el pasillo. Pinché wey no pudo hacer nada porque terminó rociado hasta el culo. Los ojetes salieron hechos la verga del hotel. No se encontró drogas ni alcohol. Así la cosa mi comandante.
~ Hijos de puta, ya van varios hoteles en este mes. Se me hace que son los mismos que han atacado los pinches uolmarts y oxxos. Pinches delincuentes.
~ Comandante, ¿no cree que sean los mismos que andan haciendo desmadre en las marchas? La otra vez rompieron vidrios a su gusto y pintaron paredes y ese desmadre. Están bien pinches locos y drogados seguramente. El otro día nos mandaron fotografiar a esas viejas lesbiana en la marcha del 8 de marzo y ahí andaban esos pendejos. Los distingui por sus pelos y por sus viejas acá, pintando las paredes. Pero los weyes iban vestidos de mujeres, simon, así con zapatillas de vieja y minifaldas, con los pelotes en las piernas, bien cagados. Eso sí, iban encapuchados como siempre pinches putos. Han de ser maricones y mariconas.
~ Si, quizá si Mendoza, ya lo he platicado con el jefe. Se juntan en ese pinchi tianguis de mugrosos y se ocultan al parecer en algún sótano de la Roma. Quizá hayan sido los mismos que estaban boicoteando ese pendejo programa de Mi Barrio deTelevisa allá en Coacalco. Pero los agarraron los de seguridad de la empresa y les dieron unas cachetadas y los soltaron, pinches pendejos.
O quizá no son porque vivían por ahí. Aún no lo sabemos, los estamos investigando ya. El jefe les está preparando algo, ya sabes cómo se las juega a los revoltosos.
~ Pinché comandante, eres un chingon.
~ Pinché Mendoza lambehuevos….